INTERVENCIONES EXTRANJERAS
Guerra de los Pasteles
El
centralismo impuesto por la nueva Constitución, marcó con más fuerza las diferencias
entre los federalistas y centralistas, ocasionando que aumentaran los levantamientos
militares en contra del gobierno de Anastasio Bustamante, quien había ocupado
el poder en Abril de 1837; esta inestabilidad política que existía en el país,
creó las condiciones propicias para que las potencias imperialistas del Siglo
XIX, aprovecharan cualquier pretexto para intentar apoderarse del territorio
Nacional.
Desde
1827, Francia solicitaba a México la firma de un convenio el cual establecía
entablar relaciones comerciales entre ambos países; sin lograr concretar
acuerdos definitivos por no estar de acuerdo con algunas de las cláusulas de
dicho convenio, en el sentido de que México debía aceptar indemnizar por daños
ocurridos a extranjeros radicados en territorio nacional.
Para
1838, México aún no reconocía ningún tratado con Francia, por lo que el representante
Barón Deffaudis, abandonó el país para preparar la ocupación del territorio
mexicano, y volver al poco tiempo acompañado de 10 barcos de guerra, comandados
por el contralmirante Carlos Baudin; se apostaron frente al Puerto
de Veracruz, reclamaban el pago de 800,000 pesos por daños ocasionados a
franceses, entre los que se encontraba el Sr. Remontel, dueño de una
pastelería, donde algunos oficiales de Santa Anna, se habían comido unos pasteles
sin pagar la cuenta. A este conflicto el pueblo lo denominó “La Guerra de los
Pasteles”
El
Presidente Bustamante decide firmar la paz, considerando que México no estaba
en condiciones de participar en una guerra con Francia, por su incapacidad
militar y marítima. El conflicto terminó en 1839, año en que se firmó el
tratado de paz, obligando a México a entregar al gobierno francés la cantidad de
600,000 pesos, por concepto de daños a franceses radicados en el país.
La guerra de 1846-1848
Una
vez incorporada Texas, las ambiciones expansionistas de los norteamericanos
buscaban también apoderarse de los inmensos territorios mexicanos de California
y Nuevo México.
El
conflicto inició el 13 de Mayo de 1846, después de que el Congreso de Estados
Unidos autorizó la declaración de guerra a nuestro país, con el pretexto de que
fuerzas mexicanas habían capturado a soldados enemigos en Matamoros y
Tamaulipas.
El
gobierno norteamericano ordenó al general Zacarías Taylor ocupar Corpus Christi
y el bloqueo de los Puertos de Tampico y Veracruz. El Presidente mexicano
Paredes designa a Mariano Arista para que se encargue de la defensa del
territorio nacional. Los primeros combates se escenificaron en Palo Alto y
Resaca de la Palma, donde sería derrotado el ejército mexicano.
En
septiembre de 1846, después de continuar su trayecto hacia el centro de México,
el general norteamericano ocupa Monterrey y posteriormente Saltillo. Ante
el avance norteamericano, el gobierno mexicano designa a Santa Anna Jefe del
Ejército, quien al mando de 13 mil hombres y 30 piezas de artillería enfrentó a
los norteamericanos en la Batalla de la Angostura; cuando todo parecía favorecer
con el triunfo al ejército de Santa Anna, es informado de la rebelión de grupos
conservadores ligados a la Iglesia en contra del gobierno, el cual pretendía
vender los bienes eclesiásticos para financiar la guerra.
Santa
Anna llegó en marzo de 1847 a la capital del país, suprime la Vicepresidencia y
solicita apoyo económico a la Iglesia para mantener la guerra. El ejército
norteamericano, por su parte, ocupa la Alta California y Nuevo México; aprovechando
los conflictos en la capital del país abren un nuevo frente de guerra en el
Golfo de México al mando del general Winfield Scott, quien ocupó el puerto de
Veracruz después de haberlo bombardeado durante seis días; en esta batalla se
considera que murieron más de mil mexicanos entre civiles e integrantes del
ejército.
Santa
Anna, quien había ocupado nuevamente la Presidencia, sale en auxilio de sus
compañeros al mando de diez mil hombres, hace frente a los norteamericanos
cerca de Jalapa donde fue derrotado. A partir de este momento el general Scott continuó
ocupando territorio nacional desde Orizaba hasta la capital del país, a donde
arribó en el año de 1847. Bastaron cuatro meses a los norteamericanos para
derrotar a las tropas santanistas y ocupar el Distrito Federal.
En
septiembre de 1847 Santa Anna renuncia a la Presidencia y asume el gobierno el
licenciado Manuel de la Peña y Peña, quien se verá obligado a trasladar su
gobierno a Querétaro y entablar negociaciones con los representantes de Estados
Unidos para establecer los acuerdos de paz entre ambas naciones.
El
2 de febrero de 1848 en la Villa de Guadalupe se firma el Tratado de Guadalupe
- Hidalgo, en el cual se establece que Texas, Nuevo México y la Alta California
pasan a poder de Estado Unidos; poco más de dos millones de kilómetros cuadrados
le serán arrebatados al pueblo de México.
Estados
Unidos se compromete a pagar quince millones de pesos como indemnización por
los territorios cedidos por México, además de defender la frontera entre ambas
naciones de las incursiones de los grupos bárbaros.
Consecuencias
Para
México, la derrota, el desaliento: diez mil soldados vencieron a todo un pueblo
hundido en el caos, la anarquía, que en casi cuarenta años había tenido paz. Estados
Unidos tuvo una ganancia muy importante, se convirtió en la potencia que
pregonaba la doctrina Monroe y el destino manifiesto, en sus relaciones diplomáticas
en el exterior.